jueves, 7 de agosto de 2014

Un osito muy especial




-“¡Qué a gustito estoy aquí tumbado!”, piensa osito.

La cinta de trabajo corre a un ritmo muy rápido y detrás de él hay miles de ositos para repartir entre montones de niños.

A osito le ponen la boca, la nariz y los ojitos. Le visten con su ropa y sus botitas y lo colocan en una cajita de regalo con un lazo azul y blanco. Es tan bonito…

Osito ve cómo pasan muchos niños que dicen:
¡Mamá, cómpramelo!!!!
Sonríe pensando que lo llevarán a su casa, le acurrucarán y mimarán (porque a los peluches lo que más les gusta son los abrazos y los besos), pero se llevan a Tito, a Rosalinda y hasta al gruñón de Ricardo.

Osito es muy paciente y espera tranquilo su turno, pero el estante ya está casi vacío…
-¡Emma!, vámonos que ya es muy tarde.
-¡No mamá, lo quiero, lo quiero!!!

La mamá de la niña se acerca a su hija y le pregunta que es eso que le pide.  Con su dedito señala hacia la estantería. Es un pequeño peluche con una carita muy dulce. Parece que tenga vida por la media sonrisa que esboza.

Tiene un ojito un poquito más arriba que el otro, pero a la mamá le encanta que a su hija eso no le haya importado.
A Emma le parece el osito más bonito del mundo y da saltos de alegría cuando mama accede a comprarlo.

La niña lo saca de su caja para abrazarlo y osito es inmensamente feliz. Nunca más volverá a sentirse solo.


Eva Mª Muñoz Sánchez©


No hay comentarios:

Publicar un comentario